Cómo manejar las rabietas y enfados

Las rabietas son algo normal en el desarrollo del niño. A partir de los dos años (en algunas ocasiones antes), los niños no saben expresar ni controlar sus emociones, y cuando algo va en contra de sus deseos estallan. 

Son una forma natural de comunicarse, a través de ellas expresan sus deseos e insatisfacción. Muestra sus dificultades para controlar su propio comportamiento y también es una forma de llamar tu atención. Lo normal, aunque parezca imposible en el momento en que suceden, es que estos estallidos emocionales se pasen, sobre todo si le enseñamos estrategias alternativas para comunicarse. Podemos aprender algunas pautas para hacer frente a estos estallidos emocionales mientras suceden: 

Debemos recordar que nosotros somos los adultos, por tanto, debemos mantener la calma y ofrecer un modelo de tranquilidad. El niño no puede, aun no tiene la capacidad para dominar sus emociones. Es importante respirar profundo y no responder de la misma manera. 

Las rabietas son algo propio del crecimiento y desarrollo del niño. Decir no forma parte de su desarrollo, le ayudará a aprender a tolerar la frustración, a madurar y a ser más independiente.         

No prestar atención en exceso en esta situación, si es un entorno protegido, déjale que se desahogue, después acércate a él e intenta distraerle para calmarle. Dale un abrazo, háblale de otra cosa, recuérdale algo que le guste.     

Estas situaciones varían en función de la edad del niño. Los más pequeños no tienen capacidad para controlar sus estallidos emocionales y en ocasiones es necesario que un adulto intervenga de forma más directiva. Es importante que no consiga lo que quiere con ese comportamiento, es complicado no ceder ante el llanto insistente, pero conseguir lo que desea es la mejor manera de conseguir que este tipo de comportamientos se sigan manteniendo.

 

 

 

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